sábado, 20 de junio de 2009
Inventor del teléfono celular vendió los derechos de este invento ...
Martin Cooper, inventor del teléfono celular, y premio príncipe de Asturias 2009 de Investigación Científica y Técnica, relató hoy a La W un poco de la historia de la creación de este aparato, que cambió para siempre la historia del mundo y aseguró que en la época en que lo inventó, lo obligaron por contrato a vender los derechos de autor por un dólar. “Yo trabajaba para Motorola, y cuando entré me hicieron firmar un contrato en el cual cedía todos los derechos de mis inventos por esta cantidad”, dijo Cooper. El científico recordó que fue en 1973 cuando salió por primera vez el celular En esa época, le encomendaron crear un dispositivo móvil para la policía. Añadió además, que no pensó que el celular se fuera a convertir en el fenómeno que es hoy en día. “No pensé que tuviera éxito a tan corto plazo. En esa época, un celular costaba hasta 350 dólares, y muy pocos podían acceder al mismo”, dice Cooper, y agrega que el hecho de que mucha gente prefiera perder la billetera a perder su celular, lo dice todo. Sin embargo, Cooper no es muy amigo de los nuevos celulares que traen tantas aplicaciones integradas. “Esto hace que el aparato termine siendo muy complicado, y es como si quisieran obligarnos a que todos fuéramos ingenieros”, dice. En otros temas, Cooper augura el fin de la telefonía fija, y se atreve a decir que en una época muy próxima, la telefonía fija será de servidor a servidor, y las comunicaciones serán todas inalámbricas. Curiosamente, Cooper reveló que tiene un celular muy simple, sin cámara u otros beneficios distintos al de recibir y hacer llamadas. “Es un modelo llamado el “jitterbug” y fue creado por mi esposa. Es muy popular entre la gente mayor”, concluyó el científico.
lunes, 8 de junio de 2009
Invento mexicano para economisar la gasolina
TOLUCA, México (El Universal).- Héctor Fernández García, oriundo del estado de México y pasante de ingeniería electromecánica, logró desarrollar un dispositivo adaptable a cualquier tipo de auto, que permite alcanzar un ahorro en el consumo de gasolina de hasta 30%, lo que podría convertirse en un "jit mundial de México para el mundo".
El novedoso dispositivo fue diseñado por Héctor tras haber vivido la desagradable experiencia conocida para los automovilistas: quedarse tirado en la carretera.
El haber trabajado en talleres mecánicos y el enojo que le produjo estar "tirado dos horas sin ningún tipo de ayuda", hizo que Héctor se planteara cómo resolver uno de los problemas muy comunes en los autos, que es quedar paralizados cuando se calienta la bomba de gasolina.
Aprovechar ese calor y convertirlo en una ventaja fue su reto mayor. "Mi camioneta empezó a fallar, la revisé y como vi que la bomba se había calentado, traté de enfriar el motor con una franela que mojaba en un charco de agua".
Fue en el camino de regreso, en un viaje de Toluca a Cuautitlán Izcalli, cuando comenzó a imaginar cómo podría fabricar un dispositivo que mejorara el sistema de inyección, sólo por el gusto de lograrlo y para aliviar el malestar cuando falló su camioneta.
"A partir de ahí, pasé semanas y semanas sin dormir. Primero era como un pasatiempo, pero luego se volvió una obsesión", señala.
Dice que la clave para crear el dispositivo fue relacionar el calentamiento del motor de su camioneta con el de la gasolina. "El acierto es aprovechar ese calor, que permite que la gasolina se semigasifique y salga como un espray, lo que mejora el rendimiento. También tengo una versión para motores diesel".
El dispositivo es un cuerpo cilíndrico de acero que se coloca fácilmente cerca de los inyectores de cualquier vehículo, y su tiempo útil de vida es de 10 años.
Tras la patente "El economizador de combustible", como él lo llama, ya ha sido registrado en el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) y su patente está en trámite, con respaldo del Centro de Asistencia Técnica a la Innovación del Consejo Mexiquense de Ciencia y Tecnología (Cemecyt).
Este dispositivo trabaja con flujo y presión, y puede ser calibrado manualmente para que ahorre entre 1% y 30% de gasolina. "Normalmente lo regulo para usarlo en ciudad a 130 kilómetros por hora; sin embargo, el comprador puede ajustarlo según sus necesidades. Es muy sencillo: la clave está en cerrar o abrir el orificio —de menos de un milímetro— por donde pasa la gasolina y se semigasifica", menciona el pasante.
Aclaró que si se quiere ahorrar entre 24% y 30%, el usuario tiene que sacrificar un poco de potencia. "Por ejemplo, para llegar al punto máximo de ahorro se debe reducir en 10% la potencia, lo cual es imperceptible".
Héctor recuerda que desde niño ayudaba a sus hermanos mayores en el arreglo de autos; después consiguió su primer trabajo en una fábrica de motores. Actualmente ya comercializa el dispositivo en la avenida Ignacio Comonfort, en la colonia Santa Ana Tlapaltitlán de Toluca.
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