domingo, 15 de junio de 2008
La cerradura de seguridad
Inventos que cambiaron el curso de la humanidad.
Yale (U.S.A. 1848)
El legado de Linus Yale. A lo largo de los siglos XVIII y XIX en Estados Unidos se patentaron unas tres mil cerraduras diferentes. La única perdurable fue la chapa de Linus Yale (padre e hijo, 1797-1858 y 1821-1868), un mecanismo que emplea un cilindro con pernos de diferentes tamaños. Para que el pasador gire, los pernos han de colocarse en una determinada posición gracias a una llave con las muescas adecuadas. Según las memorias de Linus Jr., se inspiraron “en una cerradura egipcia que se usó hace unos cuatro mil años. Funcionaba de la misma manera pero era mucho más grande. Medía 1.2 metros y estaba hecha de madera. La llave parecía un cepillo de dientes”.
Ese esquema dominó las chapas y llaves del siglo XX. Para aumentar la seguridad surgieron modelos sofisticados, como la llave tubular, la llave Zeiss con sus cuatro líneas de muescas dispuestas en cruz y la llave multipuntos, de lados rectos, con hendiduras en la superficie plana del cuerpo. Novedosas en su momento, no pasó mucho antes de que el hampa diseñara medios eficaces para violar las chapas respectivas
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